miércoles, 8 de agosto de 2012

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Oscar Mulero


Cuando Amado Líder habla, los demás no podemos más que bajar la cabeza y agradecer Su piedad al compartir Su Gracia con Sus fieles y miserables prosélitos. El más grande Iluminado de la Bienventurada Ciencia de la Acústica Maquinal, el visionario que trajo al mundo la Revelación del Éxtasis Psicomotriz, en Su misericordia infinita por nosotros, ha proclamado Su última Anunciación. Gozosa reválida para nuestra fe y gratitud, Sus acólitos jamás mancillaríamos con la más ínfima mácula Su trayectoria sagrada e incorrupta, pues las Sagradas Escrituras de Nuestro Profeta están por encima del bien y del mal:
a Él no se le mide, pues Él es la barra de medir.






La figura de Mulero sigue escalando puestos con ritmo sostenido entre la aristocracia del techno mundial, que tras tantos años parece por fín reconocer el impresionante trabajo de un auténtico fuera de serie que no tiene que envidiar nada a nadie en el mundillo: como disjockey ha demostrado siempre una categoría y una seriedad de las que pocos pueden presumir, y al margen de su descomunal valía musical su carrera ha estado siempre elegantemente alejada de los fastos mediáticos de las estrellas de este tipo. No se ha ido a vivir a Berlin, sólo ha colaborado con gente extremadamente afín a su proyecto estético, no pincha en Ibiza, no farandulea con las starlettes de aquí ni de ningún lado. Ha seguido siempre su camino con autonomía y una coherencia irreprochables, se ha ido a vivir a Gijón y se mantiene cercano al poco glamouroso fandom que sostiene su carrera desde los inicios. El techno ha pasado épocas de tremendo ostracismo y desencanto, pero los que sienten y comprenden la seriedad de este palo siempre han mantenido con determinación su fidelidad a un estilo que ha terminado por ser completamente ignorado por la industria cultural mayoritaria. Mulero nunca ha dudado la dirección de su trayectoria, que con paciencia y constancia están desembocado por fín en el reconocimiento de su estatura. Acaba de sacar un long play en el momento justo, pues la audiencia parece por fín preparada para asimilar un estilo como el suyo, antaño excesivamente radical para el oído profano.

La jugada de "Black Propaganda" ha resultado perfecta: un disco rigurosamente muleriano y a la vez rematadamente en la onda. Tras demasiados años fosilizándose en aquel mínimal amable y fashion-friendly de Kompakt y Minus, en los últimos tres años la electrónica europea ha pegado un nuevo calambrazo a su paradigma y el techno es el que mejor parado creativamente está resultando: en sintonía con el zeitgeist del continente, florece un sonido de nuevo oscuro, serio y severo, con contrapuntos feístas en atmósferas de orden y solemnidad extremas, de ánimo circunspecto, y porte matemático y extraño.

Como productor, la discografía del Divo es considerada por muchos una de las más valiosas de la historia del género, pero personalmente prefiero decididamente su trabajo como selector y mezclador de temas: tras los Technics es donde Mulero despliega más efectva y resolutamente su particular concepción del género, que hace 15 años era considerada demasiado áspera y salvaje, pero que con los años se ha instaurado como el lenguaje natural del techno. Cuando me preguntan por mi enorme aprecio por sus sesiones, y el por qué despiertan un fanatismo tan exclusivo entre tanta gente, respondo que sencillamente él es el techno, el que maneja con mayor pulcritud y conocimiento de causa lo propio en exclusividad de dicho género. Su milimétrica técnica, sus minuciosas y estrictas elecciones de tracks, el modo en que va hilvanando las piezas hasta construír una atmósfera de linealidad y serialidad logradísimas, convergen en un "estilo" tremendamente identificable, casi puritano en su unidireccionalidad: ritmos muy acentuados y desnudos, loops fríos y poco amigables, cero gestudalidades, subidones muy puntuales y bajo llave, búsqueda de continuidad absoluta. Para poder permitirse semejante contención sin resultar aburrido o rutinario, se requiere una magia de la que sólo él es capaz: la mayoría de sus imitadores o bien fracasan por ser demasiado histriónicos, o sobreactúan tanto la frialdad que termina por perderse la tensión. IMHO (y en la demuchísimos otros), el mejor ecualizando la dialéctica entre tiempo sostenido y pregresión constante, es él... perdón, Él.
Ese dificilísimo equilibrio (amenazado un flanco por el aburrimiento y otro por la pirotecnia) es difícilmente trasladable a la producción de un largo de techno, una genealogía abundante en ladrillazos olvidables frente a la inalcanzable preponderancia del formato maxi, que es donde se parte el bacalao. Sin embargo parece que el album ya no intimida tanto a los productores como solía, y por ahí hay verdaderas obras de arte en formato largo firmados (por poner ejemplos en principio menores) por Innigo Kennedy, Planetary Assault System, Perc, Reeko o Tommy Four Seven. En su debut del año pasado "Grey Fades to Green", Oscar tuvo la prudencia de incluír temas de IDM y paisajismo detroitiano en lugar de los bólidos para la pista que secretamente hubiésemos preferido los fans, pero la verdad es que el disco estaba muy bien aunque seguramente pecaba de excesivamente aplicado, falto de veneno: acercamientos tímidos y respetuosos al método Autechre, un poco de artillería gitanera, abundancia de pads y todo muy en su sitio. Irreprochable, pero todavía no apasionante.



 "Black Propaganda" es por fín el disco que nos debía: se disuelven la distancia entre el mezclador y el productor, y todos los temas del disco encajarían perfectamente en cualquier sesión del último Mulero.  A lo largo de este 2012, a tenor de las magníficas sesiones que circulan por ahí, ya nos íbamos haciendo una idea del tipo de territorio que investiga en la actualidad, pues parece que tras cierta resistencia inicial se ha ido escorando hacia el rango de sonidos que proliferan en los países nórdicos: ecos bien atemperados, golpeteos metálicos en reverb, estructuras cuadrangulares, texturas rugosas y mucha presencia del silencio. El dub se ha fundido con el hard techno y por fín ha quedado atrás la soporífera época de Echospace, Xhin y compañía: el último canon es el trabajo de Marcel Dettman, y Mulero lo ha reconvertido a su universo propio con muchísimo buen gusto.Muy probablemente el disco sonará "tenebroso" al oído poco orientado en estas latitudes, pero lo cierto es que más que su oscuridad destaca su ánimo contemplativo y elegante, lo sólido de sus bases, y, en fín, su sentido en el fondo tan clásico de la belleza. De largo, lo más logrado de Mulero como productor.




Black Propaganda
(
warm up, 2012
)


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2 comentarios:

  1. Personalmente me quedo con "To convince of the untruth", un temazo escalofriante y con muchísima pegada en su aparente medianía. A OM himself al parecer la que más le gusta es "Disinformation", que tampoco está nada mal aunque personalmente la encuentro un poco pirotécnica.
    Eso sí, como "technazo clásico de toda la vida" la más redonda es "Introducing errors", que me recuerda mucho a los maxis de Marco Carola de finales de los 90. En el CD "Fokus" (que está impresionante, recomendabilísimo para cualquier aficionado a la electrónica) trabajaba con estructuras muy similares aunque Mulero moderniza genialmente la fórmula: comparen si no estos dos temas
    1. el de mulero
    http://www.youtube.com/watch?v=AtVcQdlUCEk
    2. el de marco carola
    http://www.youtube.com/watch?v=bUg-iokVDU4

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  2. Ainns pero por qué tuvo que terminarse 1998??? qué grandeza Marco Carola, qué recuerdos!!! el "Fokus" era increíble, el techno peleón y arratonado de los italianos era una maravilla, una pena que luego se desinflasen completamente. Carola, Danilo Vigorito y Gaetano Parisio sacaban unos temones pelambréticos del copón!!!
    http://www.youtube.com/watch?v=hYbLhvYRNUg

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