domingo, 30 de septiembre de 2012

Indentidad política #9: curriculum loser

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Coaching, Ingratiation, Impression Management, 
Personal Branding...
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el infierno existe (y quieren tu curriculum)

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La forma literaria de moda esta temporada es el curriculum, género chico capaz de lograr aquello que las incontables leyes educativas desde la transición vienen intentando con tan poca fortuna: que España entera se ponga a escribir. Y no es precisamente poesía pastoril lo que redactan nuestros sufridos desempleados, sino la forma textual más pavorosa, malrollista, intimidante y deprimente desde que el “Libro de los Muertos” se transformó en memorabilia otaku. El rito de entrada en la vida adulta solía consistir hasta antes de ayer en aquello tan bizarro de la mili, pero ahora la carta de ciudadanía no se obtiene hasta que uno pasa la penosa prueba de hacerse el CV de marras.

martes, 25 de septiembre de 2012

) ) ) eco ( ( ( sistema ) ) ) #1



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El príncipe arquitecto y la rana inmobiliaria
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Comenzamos un hilo dedicado a la cuestión ecológica, una de las pocas líneas de fuga ilusionantes para una civilización como la nuestra desfondada desde todos los flancos, exhausta y rendida, desesperada ante inercias heredadas que parecen conducirla a un horizonte de silueta tenebrosa y lastrada por su incapacidad de ver su propia contingencia y, así, concebir la posibilidad de una alternativa. La crisis global y el dolo generalizado ante el crepúsculo de la modernidad siguen irradiando una circunspección y gravedad que sobrevuelan todas las suertes de lo común, en un momento en el que nuestra cultura requiere con la mayor de las urgencias sinergias sonrientes, un rumbo apetecible que podamos disfrutar de nuevo desde el goce de la aventura y la esperanza de la fe en el progreso. Y si finalmente se confirma que la ruta a seguir es la de la sostenibilidad, el desafío empapa a todas las disciplinas (desde la metafísica a la estética, de los ritos sociales a las tecnologías del yo) hasta el punto de que la auténtica y ansiada inmersión en la naturaleza implica la inversión de nuestra relación con ella: debemos poner patas arriba los cimientos de nuestra civilización si de verdad queremos reformular las condiciones de nuestra estancia en el mundo, redactando un nuevo pacto de convivencia con el planeta que por fuerza estará hecho de renuncias y reyes destronados, deceleraciones, sobresaltos y frenazos, pero también de parabienes y sorpresas, nuevos ídolos, nuevas formas de vida, prosperidades emergentes, y soberanías inusitadas. Está todo por hacer, y mucho por pensar.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Identidad política #8: Kill Your Idols

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Kill Your Idols
 (pero a Mulero, ni tocarlo) 



1. Mónadas y Paquirrines

Sin un temperamento paranoide es imposible hacer filosofía, pues el pensador más profundo es siempre aquel que desconfía no sólo de su propia sombra, sino también de fenómenos aparentemente “normales” y carentes a priori de cualquier de misterio o doblez, de todo aquello que parece estar ahí “porque sí”, de modo natural y autoevidente, sin que urja una explicación o justificación. La seminal pregunta metafísica “¿por qué hay algo, y no más bien nada?”, en su aparente misticismo abstracto y pedantón, en realidad nos interpela a preguntarnos por el origen de cada pequeña presencia cotidiana: por qué hay canciones, o árboles, o chicles de fresa, o perroflautas o sobres lacrados. Todo, incluso lo más evidente, merece un ejercicio de inquisición intelectual, y dicha práctica detectivesca (que viene a ser el impulso detrás del filosofar) puede ser muy saludable para defendernos de un mundo que en demasiadas ocasiones se aprovecha de nuestra ingenuidad e inopia para hacernos desagradables regalitos por detrás. Incluso Paquirrín es un problemático desafío filosófico: ¿por qué existen paquirrines, por qué gustan a la gente, por qué son famosos? Por desgracia, ni la Monadología, ni la Crítica de la razón práctica ni la Fenomenología del espíritu tenían un mísero capitulito dedicado a las celebrities, y es una exigencia muy de nuestro tiempo el encontrar el motivo de la existencia e insistencia de los famosos.

viernes, 21 de septiembre de 2012

) ) ) Emisión en Abierto ( ( (




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Cincuenta años de
Obra Abierta, de Umberto Eco

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funny gifs

¡Qué viejuna es ya la posmodernidad! Genuino precursor (¿o pionero?) de dicha estética, el controvertible “Obra Abierta” de Umberto Eco cumple ni más ni menos que cincuenta añazos, edad más que suficiente para evaluar la trayectoria y vigencia de las tesis que allí se defienden, y efeméride estupenda para recomendar la lectura de un texto todavía sugerente, quizás eclipsado por otras obras del autor mucho más populares pero decididamente menos enjundiosas. Equilibradísimo entre el rigor y la accesibilidad (las argumentaciones están a la altura intelectual de cualquier filosofeta hardcore, pero su retórica sencilla lo acercan al lector medio de ensayos culturales), el que en su día fue considerado un libro provocador y audaz resulta ahora incluso ingenuo por la normalización a escala pop de su punto de vista, ya incorporado sin problemas a la haute couture académica (y al streetwear de clase media) del último semisiglo. Un clásico que, partiendo de categorías en principio lingüísticas, despliega un potente mecanismo analítico aplicable a cualquier forma de expresión, sentando así las bases de esa semiótica general que tanta fortuna alcanzaría entre los doxósofos posmodernos.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Identidad política #7: Multiverso histérico-histórico




Contrayendo / contraviniendo (histeria / historia)

) ) )   El relato multidiverso, ilustrado por Miki Takahasi    ( ( (



1.
Relato y no contradicción
Supongo que debemos responsabilizar a Foucault de la recurrencia con la que la dicotomía entre “discursos” y “prácticas” se presenta en los papers universitarios de hoy en día, y en el trabajo de académicos, doctorandos y demás operarios de la industria intelectual. El concepto “discurso” me parece problemático e incluso insuficiente para dar cuenta de los fenómenos que significa, pues lo “discursivo” remite quizás a un orden trascendental que ensombrece su condición siempre inmanente, efectiva y afectiva: por lo general, el término “discurso” se utiliza para nombrar construcciones comunicativas con significación y sentido, con cierto grado de autonomía o auto-conclusión (es decir. delimitado en algún punto o principio), y cuya aprehensión se efectúa mediante el intelecto, reflexivamente. Para sistematizar el tipo de construcción intelectual que suelen referir los “discursos”, prefiero el término “relato”, más amplio y que evidencia etimológicamente su papel de relación, remisión, o expresado en jerga materialista, religación.

martes, 11 de septiembre de 2012

Identidad política #6: ¿Cuánto vales?

El valor de los objetos, las personas y los objetos-personas 
en la revolución neoliberal

) ) ) ilustrada con instrumentos Fisher Price ( ( (





Ciencia y Ley

En los tiempos que corren (donde la conspiranoia se ha convertido en un instinto imprescindible para la supervivencia) uno debe desconfiar de la supuesta imparcialidad del sistema educativo capitalista, cuando constata que en nuestro país el 99% de los doctores ingenieros no tienen ni la más remota idea de lo que es la ciencia. Un escandaloso déficit de nociones mínimas de epistemología que en el caso del ciudadano común alcanza niveles ofensivos, pues pese a que cualquiera maneja conceptos y herramientas de cálculo muy complejas, en realidad se ignora todo sobre el nivel de “certeza” y “creencia” (o de sabiduría y fe) implícito al método científico. Todo el mundo da por buena esa idea de sentido común según la cual “ciencias son las disciplinas que trabajan con certezas y verdades irrefutables”, lo cual es de por sí una presuposición de una idiocia e ignorancia sonrojantes , pero más inaudita es la falta generalizada de conciencia de que los operadores que se utilizan en los relatos científicos son representaciones del mundo, y no el mundo en sí: no voy a dar aquí un curso acelerado de epistemología contemporánea, pero es insultante que el personal no comprenda por ejemplo que en realidad no hay “átomos” dando vueltas por ahí, sino que hay un mapa de lo real formado por “átomos” (figuras imaginarias que reverberan en lo fenoménico)  construido por los científicos, que ni es la única explicación posible de la composición de la materia, ni tiene realidad nouménica, por así decir.

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