martes, 28 de mayo de 2013

Fenómenos concretos en territorios difusos



Pues eso, este jueves estaremos en la escuela de arquitectura de A Coruña debatiendo la territorialidad entre lo difuso y lo concreto. Adelanto que mi intervención estará dedicada ante todo a reflexionar sobre los mecanismos metodológicos posibles para el gesto de contretar, y un apartado final especulando sobre los monumentos en modo freestyle. Lo mejor sin duda será la posibilidad de departir con Maurici Pla, e intercambiar opiniones con los allí presentes. Estáis todos invitados, eso sí, bajo la condición de que allí se va a participar, y a debatir ideas.

viernes, 24 de mayo de 2013

Monumento hermético


 En honor a Hermes, Dios de los comerciantes y los ladrones






Identidad como historia, o identidad como destino común

Los modelos epistemológicos del actor red, la sociología de las redes y flujos, las éticas del acontecimiento o las políticas de las multitudes, parten como hemos dicho de presupuestos ontológicos deducibles del río de Heráclito (lo procesual prima frente a lo sustancial) y su maniobra metafísica primigenia es prescindir no sólo de agentes, sino de cualquier tipo de sustancia local. La “inmaterialidad” de lo real se respira en el ambiente cultural contemporáneo y, para resolver la disociación entre el “mundo real” y el virtual de las representaciones informáticas, en el límite es preciso hacerlos converger reduciendo a ambos a información. Incluso en física de partículas se da por bueno que el “ladrillo más pequeño” de la realidad no es una pelotita de masa flotando en el vacío (de acuerdo a la ancestral tradición atomista), sino el vacío mismo puntuado mediante algún tipo de “dato”, algo así como una extraña nihilidad connotada, emparentable con las místicas del vacío orientales: cuando los físicos hacen zoom sobre la realidad no encuentran “sustancias” sino únicamente vectores, cargas positivas o negativas, modos de vibración, potencias de interacción. Semejante modelo propicia una cosmogonía quizás anti intuitiva pero de innegable operatividad intelectual: cuestiones tan problemáticas como la disparidad entre “naturaleza” y “tecnología” quedan superadas desde la genética, que compatibiliza a ambas en la forma de una cadena de datos computables, sea como patrón de reproducción de proteínas o como una secuencia binaria calculable por una CPU. Desde la barra de medida de su indexabilidad informativa, un render es equiparable a una sandía: ambos son desarrollos secuenciales de datos, y es en su traducción al lenguaje universal de ceros y unos donde su desarrollo formal puede ser referenciado a una lógica procesual común. La mística de las ontologías cibernéticas es criptográfica, va al código más que al referente, a la operación más que al resultante.

domingo, 19 de mayo de 2013

Sin-cron-izados




 capitalismo: el primer reloj-robot

Textos extraídos de “Educación para la ciudadanía” (La venganza de Cronos págs. 117-127) de Carlos Fernández Liria y otros autores.


La razón -decía Voltaire- es aquello que todos los hombres tienen en común cuando están tranquilos”. El espacio de la ciudadanía necesita de un cierto reposo, pues para hablar, para dialogar, para argumentar, para legislar, hace falta, antes que nada, un poco de calma: uno no se sienta a charlar en medio de una tempestad. La mitología griega contaba esto de una forma muy gráfica.

En el comienzo de los tiempos, Gea, la Tierra, y Urano, el Cielo, no hacían otra cosa que copular el uno sobre el otro. Urano se negaba a separarse de Gea, de tal modo que entre los dos no quedaba ni un solo hueco para nada. Así pues, no había ningún espacio en el que pudieran instalarse las plantas, los animales, los hombres... En definitiva, el mundo mismo era imposible, porque el cuerpo de Urano lo tapaba todo.

Mientras tanto, el vientre de Gea no paraba de concebir hijos, hijos y más hijos. Pero ninguno de ellos podía nacer, ya que el pene de Urano bloqueaba constantemente la salida. Así fue hasta que uno de estos hijos, Cronos, el Tiempo, encontró la solución. Tomó una hoz y, de un sólo tajo, cortó el pene de su padre desde el interior útero de Gea. Se convirtió así en el Cielo, dejando entre él y la Tierra un gran espacio abierto, al cual salieron de inmediato todas las criaturas concebidas en el vientre de Gea.

martes, 14 de mayo de 2013

Actor-red y el Leviatán










A vida o muerte: ciudad y Multitud

La enfebrecida producción teórica de las últimas dos décadas, desatada por la explosión de internet y fascinada por las condiciones de la “sociedad en red”, ha madurado ya suficientemente como para que, una vez perdida la necesaria euforia inicial, podamos atrevernos a sacar conclusiones sobre el status quo de lo que a muchos nos parecía hasta antes de ayer la panacea que nos iba a sonsacar de nuestros infinitos grilletes, y que como siempre en la historia se ha convertido en la enésima ocasión perdida para la Emancipación Total: la sustancia del mundo sigue intacta, y el brillo deslumbrante de las culturas emergentes no pueden eclipsar del todo la continuidad de tenebrosas estructuras subsistentes. Sea en modo dasein, en modo rizoma o modo simulacra el mundo sigue siendo el de siempre, y el balance entre desgracias y esperanzas apenas ha cambiado en la Era de la Red.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Nick Land: Aceleracionismo e Hiperstición


Thanatocracia de los zombies radioactivos



The story goes like this: Earth is captured by a technocapital singularity as renaissance
rationalitization and oceanic navigation lock into commoditization take-off. Logistically accelerating techno-economic interactivity crumbles social order in auto-sophisticating machine runaway. As markets learn to manufacture intelligence, politics modernizes, upgrades paranoia, and tries to get a grip.
Nick Land, aquí

¿Quién comanda a los Jinetes del Apocalipsis?

Hoy en día resulta más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”. Esta sentencia, cuyo autor original es al parecer Fedric Jameson pese ha haber sido popularizada con más éxito por Slavoj Zizek, enuncia un estado de ánimo colectivo que, recreándose en las gozosas fatalidades posmodernas, ha hecho de la resignación el subterfugio perfecto de nuestra renuncia al debate político a cara descubierta. El mortecino ambiente general de falsa desesperación instrumentaliza esa perversa glorificación del “Sistema Capitalista” como una instancia Única, Omnipotente e Inevitable de la que emanarían todos nuestros males, de acuerdo una lógica estéril desde su mismísimo punto de partida: de nada sirve plantear los problemas del mundo mediante categorías antagónicas absolutas, reduciendo el debate a la hiperbólica disyunción entre “todo o nada” (el capitalismo o su inexistente afuera) que desfigura lo que podrían (deberían) ser discusiones mucho más resolutivas.

jueves, 2 de mayo de 2013

La primera comunión


Project X, Nima Nourizadeh, 2012

El mundo es otro desde que la MTV ya no emite videoclips y su parrilla se ha transformado en un descarado y deslenguado espejo deformante en el que la chavalada recibe una visión completamente falsa de sí misma, a base de desternillantes mockumentaries de estética whatsapp en los que tronistas y supernenas de cerebros cortocircuitados se enzarzan en carnavalescos litigios hormonales rodeados de mancuernas y Margaret Astor. La generación Jersey Shore no se corta un pelo en su exploración de las posibilidades poéticas de la dialéctica malsonante (uno descubre cada día nuevas posibilidades de palabras como “puta” o “joder” en esos programas), un sentido indisimuladamente zafio del erotismo, la radical relajación de la ética familiar (sorprende el modo en que los padres participan de tan disfémicos teatrillos, en inusual complicidad con los desatinos amatorios de sus retoños) y cierta fascinación por el escarnio público: abundan los shows en los que los protagonistas se dan dolorosos tortazos en patinete causando atronadoras risotadas, desnudan sus vergonzantes lorzas en tutoriales sobre cómo perder peso, o lloran en público sus complejos mientras buscan novios en la tele tutelados por mamá. Una deriva colectiva que aparentemente borra del diccionario términos fosilizados como tapujos, decoro, discreción o intimidad, que sucumben ante el megaloscopio panóptico global en el que participamos como observadores y observados, pero cuya supuesta desvergüenza quizás no sea más que un modo de vampirizar nuestra vena contestataria proyectando su energía hacia insolencias en realidad domesticadoras. Pero este post no tiene nada de homilía pro-revolucionaria: el día que los mocosos pajilleros lean manifiestos de Proudhoun en lugar de desfogarse con el cerdas.com, se habrá consumado el finiquito de lo que siempre ha sido el Ser Humano.

La fuerza de la gravedad (social)


Un Amor entre Dos Mundos (Upside Down), Juan Solanas, 2012

La (moderada) decepción que ha supuesto esta Un amor entre dos mundos en el selecto circuito de la ciencia ficción arthouse (aka especulación existencial para consumidores de Dragones y Mazmorras) era predecible dado lo tibio de su material de partida: la historia sonaba prometedora por lo ingenioso de su planteamiento escénico (un universo hipotético en el que dos ciudades se sitúan una sobre la otra separadas por unos metros, cada una sometida a su respectiva fuerza de la gravedad física y social) pero su potencial pegada se diluye en un guión almibarado y sedoso, que muy cobardemente rehúye indagar los innegables tenebrismos que subyacían a la distopía sórdida que debía haber sido. Un macguffin como este pedía a gritos un abordaje bastante más rocoso y espectral, y la epopeya para toda la familia que aspira a ser finalmente el film da lugar a una insuficiente zarzuela BBC (buena, bonita y cara) que ignora que lo que su público potencial demandaba era negritud en estado puro. No obstante y pese a su escoraje hacia la poética del amor cortés más consabido, la peli no deja de ofrecer momentos sobrecogedores gracias a la belleza plástica de sus viñetas, lujosas estampitas digitales que figuran un universo de innegable eficacia simbólica y cuyas metáforas son comprensibles, de tan evidentes, incluso por el sector menos ilustre de la platea. Se ve con mucho placer, y el paladar se queda con el regusto agridulce de una receta que, sin saber mal, queda eclipsada por la intuición de lo que pudo haber sido de haberse añadido más picante. Cine de palomitas para disfrutar haciendo manitas, frente a la anómala pedrada existencial que prometía su inquietante iconografía escénica.

miércoles, 1 de mayo de 2013

La teoría R.I.P.


Repetición, Imitación... y Parodia


Todo parece ser pura repetición, pero “elevada a la enésima potencia” -como dice Deleuze-. De modo que no existiría la repetición sin la diferencia. Pero exactamente de la misma manera que la diferencia no puede existir sin la repetición.

Por otro lado, también parece que todos los seres vivos estamos abocados a la repetición. Solo que a esta manera de intentar repetir lo llamamos imitación. Y el ser humano en este aspecto parece haber destacado mucho sobre el resto, claro está.

Pero resulta, que cuando alguien es consciente de su repetición y de su diferencia, es cuando comienza la parodia, tanto de la repetición -con la ciencia-, como de la imitación -con la diferencia-, logrando escapar de esta forma de ambos a la vez, y surgiendo con ello -y ”sin querer”- un nuevo modelo de repetición, consistente en hacer desaparecer todo vestigio de la anterior. Gran ironía paradójica de la repetición... y de la razón.
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El siguiente texto ha sido extraído de "La precesión de los simulacros" (1978) de J. Baudrillard, incluido en el libro “Cultura y simulacro”.
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“Organice usted un falso hold-up. Asegúrese de que sus armas sean totalmente inofensivas y utilice un rehén cómplice a fin de que ninguna vida sea puesta en peligro (pues de lo contrario acabará en la cárcel). Exija un rescate y procure que la operación alcance la mayor resonancia. En suma, intente que el asunto resulte “verdadero” para poder poner a prueba la reacción del sistema ante un simulacro perfecto. No va usted a lograrlo: su red de signos artificiales se liará inextricablemente con elementos reales (un policía disparará de verdad; un cliente del banco se desvanecerá y morirá de un ataque cardiaco; puede que incluso le paguen el rescate).
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