Los dos puentes de la
dialéctica para el AACCH
Al principio fue el odio. Algo se separó de lo que estaba unido. Algo
que luego quiso volver a unirse, pero que ya no podría volver a hacerlo en la
misma forma.
O también -aunque a mí no me encaje tanto- pudiera ser que:
Al principio fuera el amor. Algo que se unió a algo de lo que estaba
separado. Algo que luego quiso volver a separarse, pero que ya no podría volver
a hacerlo en la misma forma.
El caso es que los “puentes” de la dialéctica sólo pueden
ser dos. Modulados además por un cambio de forma, es decir, por un
acontecimiento de separación o de unión.
Desde el punto de vista de la teoría-ficción, bien pudiera ser
posible que la materia y la antimateria primigenias estén metafóricamente
transmutadas en todo lo que habita nuestro universo conocido.
En nuestras subjetividades, nuestras relaciones, nuestras
producciones y destrucciones, nuestros hábitos y originalidades. Todo, por
extensión, bien puede ser visto como una danza dual. Bien o mal avenida.
Bailando bien o mal, al universo le da igual.
Volviendo al tema que nos ocupa, la dialéctica sería IMHO un
sistema de relaciones, en el que varias partes “encontradas” -en ambos
significados del término-, tratan de reconciliar, de armonizar, o al menos de
hacer posible la existencia de contrarios sin su aniquilación inmediata
-contrariamente a lo que le ocurre a la materia en su encuentro con la
antimateria, según los físicos-.