domingo, 14 de abril de 2013

Genealogía de una recomposición

El mito de la revolución y su código de emancipación





Dice JB en “El intercambio simbólico y la muerte” -página seis (siete del formato pdf)-:

Hoy todo el sistema oscila en la indeterminación , toda realidad es absorbida por la hiperrealidad del código y de la simulación. Es un principio de simulación que nos rige en lo sucesivo en lugar del antiguo principio de realidad.

Las finalidades han desaparecido, son los modelos los que nos generan. Ya no hay ideología, sólo hay simulacros. Es pues, toda una genealogía de la ley del valor y de los simulacros la que hay que restituir para comprender la hegemonía y lo fantástico del sistema actual; revolución estructural del valor. Y es en esta genealogía donde hay que resituar la economía política, que aparece entonces como un simulacro de segundo orden, igual que los que no ponen en juego más que lo real; real de producción, real de significación, en la conciencia o en el inconsciente.

El capital no es ya del orden de la economía política; se sirve de la economía política como modelo de simulación. Todo el dispositivo de la ley mercantil del valor está absorbido y reciclado en el dispositivo más vasto de la ley estructural del valor y subsiste así en los simulacros de tercer orden. La economía política se asegura de este modo una segunda eternidad, en el marco de un dispositivo en el que ha perdido toda determinación propia, pero en el que conserva su eficacia como referencial de simulación.








Exactamente igual sucedió con el dispositivo anterior de la ley natural del valor, recuperada como referencial imaginario (la “Naturaleza”) por el sistema de la economía política y la ley mercantil del valor de cambio. Pero éste a su vez, en la espiral siguiente, es recuperado como coartada en el orden dominante del código.

Cada configuración del valor es recuperada por la siguiente en un orden de simulacro superior. Y cada fase del valor integra en su dispositivo al dispositivo anterior como referencia fantasma, referencia fantoche, referencia de simulación.

Una revolución separa cada orden del orden ulterior: éstas son inclusive, las únicas verdaderas revoluciones. El tercer orden es el nuestro, no es ya del orden de lo real, sino de lo hiperreal, y es ahí solamente donde las teorías o las prácticas, ellas mismas flotantes e indeterminadas, pueden alcanzarlo y asestarle un golpe mortal.

Las revoluciones actuales se insertan todas en la fase inmediatamente anterior del sistema. Se arman todas ellas de una resurrección nostálgica de lo real bajo todas sus formas, es decir, de los simulacros de segundo orden: dialéctica, valor de uso, transparencia y finalidad de la producción, “liberación” del inconsciente, del sentido reprimido (del significante o del significado llamado deseo), etc.

Todas estas liberaciones se atribuyen como contenido ideal los fantasmas que el sistema ha devorado en sus revoluciones sucesivas y que sutilmente él resucita como fantasmas de la revolución. Todas las liberaciones no son más que transición hacia la manipulación generalizada. La revolución no quiere decir nada en el estadio de los procesos aleatorios de control”.




Sin embargo a JB creo que se le escapa algo. Algo que no conocía y que no podía conocer -puesto que lo escribió hace cuarenta años-, pero que incluso después de escribirlo lo iba intuyendo -o aclarando- en sus posteriores escritos.

Actualmente poca gente cree en una revolución, pero cada vez más creemos que varias revoluciones al mismo tiempo se están produciendo. Yo personalmente sí creo en las las metamorfosis, pero sólo en las personales, que por cierto, actualmente son tan aleatorias e intransigentes como ese código de “control” y de reproducción del que habla JB.

De la misma manera que el caballo deviene caballo y la nutria en nutria, cada ser “humano” -ya no el ser humano en general- deviene primero en lactante, luego en bípedo, más tarde en lingüístico y luego vaya usted a saber en qué más.

El ser humano es metamorfósico y revolucionario por naturaleza. Sólo que cada liberación y emancipación conseguida le condena a otra forma de esclavitud. Incluso el amo es esclavo del esclavo.

El ser humano -cada ser humano-, o bien necesita siempre algo más, o bien se aburre de no necesitar nada más. Tanto o más que el primer chimpancé que comenzó a machacar nueces con una piedra en la selva, revolucionando su alimentación y seguramente algunas cosas más.




El ser humano es un simple imitador -como todo bicho viviente-. Un buen replicador pero al mismo tiempo también es un buen “replicante”. Y todas sus revoluciones provienen IMHO de su hartazgo, cuyo punto de saturación es evidentemente variable de unos individuos a otros. Pero lo que es invariable es la imitación de aquello identificado como liberador y emancipador, de acuerdo con las capacidades de imitación que a uno “le otorgue” el resto del grupo, o bien que crea “haber obtenido” por sí mismo.

Uno se puede hartar de cualquier cosa y por cualquier motivo. Pero dicha “emergencia” -en ambos sentidos del término- por solucionar dicho hartazgo, dicha inmanencia emancipadora o liberadora, siempre le va a condenar a otra forma de esclavitud y de existencia. Por muy maravillosa que pueda parecer o incluso ser en un principio -faltaría más-.




Revolucionarios somos todos. Lo único que nos diferencia es el esfuerzo invertido en conseguir que unas causas tengan los efectos deseados, es decir, conseguir cierta repetición. Pero cuanto más esfuerzo invertimos en ello, más miedo tenemos a perder dicha repetición conseguida, es decir, dicha seguridad lograda.

Por ello creo que el wo wei (no hacer) taoísta puede volver a ser una excelente recomendación para hacer la revolución, puesto que el miedo procedente de perder el esfuerzo invertido en lograr algo, queda reducido al mínimo de lo que cada uno de nosotros pueda conseguir con ello, de acuerdo a nuestras circunstancias y capacidades mínimas de imitación -por supuesto-, pero consiguiendo con ello unas capacidades máximas de “replicación”. Unas capacidades máximas en caso de “emergencia”, es decir, en la “emergencia” de esos actos que solemos llamar creativos, innovadores y revolucionarios. 
 



Sin embargo, también creo que todo esto el código invisible del “biopoder” ya lo sabe -metafóricamente hablando-. De ahí que proceda siempre a acelerar nuestros sistemas de emergencia: la circulación de la sangre, de las células, de los neurotransmisores... hasta llegar a una circulación automática de percepción y respuesta homeostática con “el exterior”, que impida la “emergencia” del wo wei (no-hacer), la quietud, y sobre todo la conciencia de cómo funciona este código, productivo y reproductivo de este movimiento aparentemente perpetuo de este actualmente llamado “biopoder”.

Pero este “biopoder” también sabe que nosotros -sujetos mortales-, instintiva y tácitamente sabemos eso, o al menos, lo intuimos. Y sabe perfectamente que ahora su mítico código emancipador ha logrado dividir “la teoría” de la práctica a imitación de “la ciencia”, con su consiguiente pérdida de “unión”. Pero ahí seguimos metamorfoseándonos, incluso yo diría que actualmente de una manera “peor”.

Ya no reclamamos nada -es inútil-. Ya no podemos identificarnos con nada, porque todo es ya completamente fútil. De modo que el mismo código del “biopoder” nos empuja a la metamorfosis individual una vez más. Ya no a reclamar ni a identificar nada ni a nadie, sino a ejercer toda la autonomía individual que podamos.

La revolución es un mito, ok. Pero prefiero ese mito al mito de la producción. O bien, dicho de otra forma, tal vez algunas personas -o muchas- hayamos sido “producidas” para oponernos a la producción. Vaya usted a saber por qué.

Tal vez como un sistema de “emergencia” -en ambos sentidos del término- que le protejan -a la producción me refiero- de un “error” en su afán de expansión. Pero ya no disolviendo nuestro ego en la búsqueda de una identidad “común” -no porque no queramos sino porque ya no podemos-, sino llevando nuestro ego hasta el paroxismo de su singularidad y soberanía, llegando hasta la indiferencia -y tampoco porque queramos, sino porque nos vemos de nuevo obligados a ello, tal y como parecía ocurrir en los pueblos “primitivos” antes de nuestra “comprensible” y circunstancial “auto-domesticación”-.

Creo firmemente que la vida es un complejo trabalenguas -metafórica y literalmente hablando-, actualmente entre ese “moderno” denominado biopoder y la “eterna” emancipación de los seres “autónomos”, regulado por las emergencias surgidas entre ellos dos. Pero del cual, cada uno de nosotros somos “tan sólo” un pequeño experimento de ensayo-error. Un doble juego en el que -como diría Baudrillard posteriormente a su “Intercambio simbólico y la muerte”- cada uno de nosotros participa: en el juego metastásico de “lo banal” y en el juego metamorfósico de “lo fatal”.























Lo que constituye un acontecimiento en la vida es una conjunción entre el mundo tal cual es y el juego del mundo donde lo mejor y lo peor están siempre en juego: el acontecimiento venido de fuera.
Eso ocurre antes incluso de que se haya querido. 
La voluntad siempre llega después. Acude a sancionar algo que ya se ha producido.
Es como el proyecto, se hace algo y retrospectivamente se hace su proyecto.
Es como la reconstrucción del relato del sueño en el momento del despertar. 
La voluntad aparece para que se produzca lo que ya ha ocurrido de otra manera”.

Jean Baudrillard “El paroxista indiferente”






*Edición y medio texto: post dos.



25 comentarios:


  1. Sólo un apunte :-)

    En la última fotoencriptación aparece un vídeo de Lyota Yagi titulado Vinyl (Moon river) en el que, a su vez, está encriptado en inglés un “mensaje” que traducido al español viene a decir lo siguiente:

    “El vinilo toca la medolía de Moon River (Johnny Mercer y Henry Mancini) cantada por Audrey Hepbur, en un disco hecho de hielo a partir de un molde hecho de silicona. Con esta pequeña acción el formato se disuelve al mismo tiempo que se reproduce, en parte por la temperatura ambiente y en parte por la fricción generada por su propio proceso de reproducción. La música que produce es distorsionada hasta no ser reconocible, de la misma manera que el disco pierde gradualmente su forma y sus propiedades mientras se derrite”.

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  2. Qué alegría encontrar este post!!! me lo leo ahora mismo, qué grande! Llevaba 3 días sin pasar por aquí, y ahora que vuelvo me siento un poco más "vivo". Ay, las capacidades de tonificación biológica de un blog, quién lo hubiese dicho. Lo leo y vuelvo a comentar :-)

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  3. Mmmm… desde luego tu post me ha revelado una característica absolutamente determinante del pensamiento de JB que se me había pasado desapercibido, y es su horizonte de fatalidad. La lógica de su narrativa lleva conduce a un estado de plena desconfianza hacia lo real, que pasa a ser des-naturalizado como una pantalla fofa, sin sentido, neutra, vana.
    Sin embargo no es completamente nihilista, su fatalidad es nostálgica. Y nula. Leyendo tu post creo que lo que JB no parecía tener muy presente es que aunque las “revoluciones” no sean más que simulación de segundo grado, eso no les resta ninguna eficacia ni capacidad disruptiva del código de valor de cada época. Paradójicamente sus apuntes sobre la revolución no desvirtúan a ésta en nada: advertir que toda revolución es simulacro es simplemente ponerla en paralelo ontológicamente al resto de la realidad. Para mi asombro, empiezo a darme cuenta de que la jugarreta de JB incita más a la desconfianza en los relatos que en los signos…
    Respecto a tu especulación personal, la inacción es seguramente la vía más desconcertante para el capitalismo, un sistema que en lo complejo de sus perversidades no tiene un plan para el dominio de “la gente” que está simplemente, quieta. Si las revoluciones son simulaciones de segundo grado, quizás pronto sepamos si los colapsos terminan por ser falsos colapsos de segundo grado… ¿llega la “posesión infernal” de la simulación colectiva a ser tan penetrante como para secuestrarnos hasta el suicidio? Hasta cierto punto, la teatralidad que JB otorga a las cenizas de la realidad no deja de resultar incluso una fiesta: “la guerra del golfo no ha tenido lugar, porque fue un jolgorio que decidimos construirnos para disfrutar, en toda la complejidad sadomasoquista del disfrute”…La lógica de los constructivismos (y el sistema de JB lo es…¿o qué si no puede ser? ¿quién es el “arquitecto” del simulacro? ¿el deseo, el valor¿) nos dicen a fín de cuentas que la humanidad hace lo que le da la real gana…¿El biopoder es azaroso, qué guía al biopoder? Me gustaría saber tu opinión post dos, pues yo no lo tengo claro, y es la clave del pensamiento político imho: los acontecimientos se ordenan conforme a alguna “mano en la sombra” metafísica que coarta su libre albedrío (caso de la existencia del biopoder), o bien por un agente explícito e inmanente (los gobernantes, banqueros y demás seres “de carne y hueso), o bien están gobernados por el azar. Sin conocer a fondo su pensamiento, JB parece creer que en el fondo de su sistema late un azar patafísico, pero me da la sensación de que es un finalista de tomo y lomo…
    Lo cual en realidad da igual, pues efectivamente las ideas de JB son simplemente una Teoría como otra cualquiera, y además en su caso la potencia de la revolución queda intacta: su condición de trampantojo las hace incluso más divertidas, libres y honestas en su trato de lo que tampoco es “realidad”.

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  4. Que ¿qué guía al biopoder? Pues ya lo dijo Deleuze: la repetición; eso con lo que pocos filósofos se han atrevido a meter, según dice el mismo Deleuze.

    Sobre lo de JB tienes toda la razón del mundo, y hasta el mismo JB lo admite, es un malabarista y un trabalenguista IMHO, que ante la confusión que la realidad plantea a la razón, él opta por devolverle la pelota creando más confusión todavía, puesto que no admite la realidad como principio, ni ningún principio de realidad que no esté basado en la ilusión.

    De hecho, a la pregunta de que si él es un fabricante de ilusión, responde que sí, “siempre que la ilusión sea entendida no como simulacro o irrealidad, sino como lo que abre una brecha en un mundo demasiado conocido, demasiado visto, demasiado convencional, demasiado real. La ilusión singular, original, la que nace del lapsus, de la ruptura, de la disrupción, del intersticio”.

    Por otro lado efectivamente JB cree en la predestinación, que dice estar “inscrita en el carácter” de cada uno, y que está al margen de la historia de cada uno, la cual él la contempla como que va “en paralelo”, y que rara vez se cruza con el destino de cada cual. Y eso es lo que le echa en cara a las ciencias humanas: que es finalista y confunden destino con historia.

    También como bien dices tú, JB es fatalista, pero para JB “lo fatal” es algo positivo, puesto que nos desvía de nuestro camino de repetición. “Lo fatal” es aquello que nos seduce: las apariencias, la perfección del objeto, el secreto y todas esas cosas de las que habla, y por las que nos dejamos arrastrar -o incluso fabricamos, como tú dirías- para poder salir de nosotros mismos en contra de nosotros mismos, es decir, en contra de la seguridad que nos proporciona la repetición.

    Sobre “el azar” tiene un capítulo en “Las estrategias fatales” divertidísimo. Hace tales malabares con ese concepto, que tras tres lecturas seguidas me quedé dormido plácidamente -con una sonrisa en la boca, supongo :-)

    Lo cierto es que JB creo que lo que pretende es simplemente ser irónico, porque como él mismo dice: “la burla, la ironía, la reversibilidad, la duplicidad y la radicalidad no son únicamente unas pasiones o unos atributos del sujeto o de la conciencia. Creo que todas esas cualidades han pasado a las cosas, son unas pasiones referidas al objeto en cierto modo, y el mundo juega con nosotros al menos tanto como nosotros jugamos con él […] en cualquier caso, ya no seríamos los amos del juego. Existe algo así como una mutación secreta, un resurgir de la ilusión del mundo a través de las mismas técnicas que utilizamos para transformarlo, y que de repente adquieren una connotación irónica”.

    … Y a mí esto me recuerda a la historia de María que conté -la del jersey de cashemere-, porque pienso que es ahí -en la ilusión- donde está encriptada “la diferencia”, cuyo enigmático surgimiento a partir de la repetición -la realidad- buscaba Deleuze -aunque de una forma más "rigurosa" claro-. De modo que a lo mejor por eso me gusta JB, porque me resulta más irónico, o más cachondo, como se prefiera decir.

    … Pero como decía JB, él no da recetas, él sólo da un diagnóstico. Por eso como tú bien dices, la revolución -y la producción también, IMHO- quedan intactas. Tanto como la diferencia y la repetición, obviamente. Pero no es lo mismo participar en “un juego” con leyes “inmutables” basadas en “la realidad”, que participar en él siendo consciente de que son reglas cambiantes basadas en “la ilusión” -en ambos sentidos del término-. Y ésta IMHO resulta -o va a resultar- una gran diferencia respecto al anterior “ego” del ser humano -o más bien del Animal Anteriormente Conocido Como Humano, supongo :-)

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    1. me interesa mucho el matiz / fricción entre historia y destino, si tienes algún link donde explique su postura por favor comparte. (con un poco de suerte quizás pueda aplicar su pensamiento a mi biografía en modo autoayuda, que supongo es en última instancia lo que me lleva a leer este tipo de diabluras).

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  5. Al hilo de este asunto, estoy pensando que gracias a tu comentario, algo venido de fuera -como decía JB- me “obliga” a aclarar los conceptos que voy leyendo, porque de lo contrario yo seguiría utilizando a Baudrillard de la misma manera que utilizaba a “Asterix y Obelix” de pequeño... para reírme, relajarme y poder dormir después plácidamente. Ésa debe de ser la predestinación de mi carácter supongo, que influye en “mi historia” obviamente, pero que no la predetermina gracias a otras “cosas” venidas de fuera.

    ¿Otros carácteres quizás, o quizás otros caracteres que aparecen en esta nueva “pantalla total” en la que estamos inmersos, o más bien por la que algunos hemos sido “seducidos” desde Asterix y Obelix? No sé.

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    1. Saludos!!

      Como siempre, hay materia para comentar en este bendito blog... Y como siempre, salgo a matizar algunas ideas que Observer ha planteado por aquí: Lo real sería más bien un escenario con unas formas concretas que determinan su contenido, del mismo modo que una construcción determina sus usos y funciones en función de sus propiedades formales. Podemos hacer una serie de cosas limitadas en un edificio, circunscritas dentro de su forma o estructura. Baudrillard intenta mostrar las propiedades formales del sistema, porque son las que determinan todo contenido u acción, por “revolucionario” que éstos sean (dejando aparte –dificultad propia de toda teoría crítica- que alguna “revolución” sea posible).

      Tal como yo interpreto la teoría de los órdenes de los simulacros, se trataría de una idea que intentaría caracterizar las diferentes “ontologías” surgidas en occidente desde el Renacimiento, momento del despliegue a gran escala de la “racionalización” capitalista, entendida como tematización o cuestionamiento-transformación de todos los órdenes de la vida, desde la “naturaleza” hasta los “signos”, proceso cuyo mejor modo de sintetizarlo es mediante la identificación y caracterización de las reglas (los “códigos”) que determinan su desenvolvimiento. Cada orden de simulacros impone unas reglas, pero su implantación suele permanecer desapercibida, y las “novedades” siguen siendo interpretadas mediante la forma y contenidos del orden anterior. Si lo que una sociedad define como “realidad” es algo construido, entonces no sólo debemos poner de manifiesto los procesos que la producen, sino también las líneas que mapean esos procesos mismos. Naturalmente aquí el interés está guiado por un afán crítico: si hasta ahora hemos sido conscientes de los procesos, debemos serlo también de las reglas que permiten su aparición; si no son tenidas en cuenta entonces simplemente estamos jugando dentro del ámbito del sistema al que pretendemos criticar o combatir, sin romper nunca los límites que éste va imponiendo. Como mucho sólo los ampliamos, pero no cambiamos las reglas. JB no desprecia las acciones de resistencia que como él muestra juegan dentro del sistema; lo que pasa es que implícitamente está dando una colleja a aquellos discursos que se presentan como “radicalmente subversivos”. Hasta ahora las verdaderas revoluciones las ha producido el sistema, puesto que es él quien realmente ha cambiado los códigos, las reglas que han comandado en cada momento. Las revoluciones de los “revolucionarios” han ido siempre a la zaga, planteando la revolución en el campo definido por las reglas del orden anterior o del actual (en función de la profundidad de la teoría y praxis “revolucionaria”).
      En cuanto al posible finalismo de JB, creo que él no está en la problemática del azar o el finalismo, y desde luego no está por el azar (en Las estrategias fatales arremete contra ciertos aspectos del discurso de Deleuze sobre el azar, en la línea de desenmascaramiento de los discursos “radicales” que he mencionado antes). Otra cosa es apostar por la propia autodestrucción del sistema contribuyendo a su paroxismo: eso no significa que él sea una especie de “determinista” que cree en su autodestrucción irreversible; simplemente propone una táctica -entre muchas otras que muestra- pensada a partir de su interpretación de la forma del sistema y los eventos que en él están ocurriendo.
      Y desde luego no es más que una teoría, por supuesto, cosa que él siempre ha reconocido.
      Espero haber aportado algo. A mí vuestros posts me hacen pensar.
      Saludos de nuevo!!

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    2. No alcanzo a comprender cómo JB se sitúa a sí mismo como observdor de segundo grado, dándose el lujo de hblar desde una perspectiva "meta-código". El poder autopoiético que le otorga a los simulacros (capaz de ser ellos mismos el fundamento de su propia simulación) es equiparable a una potencia divina, omnipotente.

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    3. Hasta donde yo sé JB no propone que los códigos o los diferentes dispositivos de dominación sean tan omnipresentes, imperceptibles y omnipotentes que impidan cualquier otra respuesta. Es justamente lo que criticaba a la concepción del poder de Foucault. Su apuesta por lo simbólico, las singularidades, etc., lo demuestra.

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  6. De antemano permitidme la falta de rigor lingüístico. Mi duda es sobre la noción de "sistema". Entiendo, por ejemplo, que el modelo rizomático es susceptible de abarcar la "totalidad", por eso tan válido para comprender la "complejidad". Por ejemplo, en el rizoma se elimina (al menos se minimiza) la posibilidad conspiranóica, entendida como "unidad" (una única conspiración), pues necesariamente se trata de una "multiplicidad" de conspiraciones en conflicto (=bio-poder). Si el "sistema" lo abarca todo, entonces, parece no significar nada eso que se dice aquí y cito: "Hasta ahora las verdaderas revoluciones las ha producido el sistema, puesto que es él quien realmente ha cambiado los códigos, las reglas que han comandado en cada momento".

    Por otra parte, las revoluciones, han significado correcciones en el sistema, en positivo o en negativo, y aquí me alío de pleno con observer y cito: "aunque las “revoluciones” no sean más que simulación de segundo grado, eso no les resta ninguna eficacia ni capacidad disruptiva del código de valor de cada época".

    Y termino: si lo que "añoramos" o "deseamos" es una ruptura "plena" y un cambio del sistema, pues tampoco parece a priori una idea tan absurda. ¿Es que siempre hemos estado en este capitalismo?. Como bien analiza Sampedro, señalando el papel de la imprenta en el auge del capitalismo, quien sabe adonde nos lleva esta era de internet. En cualquier caso, que nosotros no asistiremos al fin del capitalismo parece un hecho. De ahí a concluir que cualquier tipo de revolución sea una quimera hay un mundo. De JB no sé nada. Acaso la revolución de JB se sitúa en una posición de exterioridad respecto al sistema. Esto es lo que acabo de entender.

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    1. 1) Desde la época de Marx, que yo sepa, los únicos cambios los ha implantado el capitalismo. Ciertamente que ha habido una "presión" marxista y de otros movimientos, pero me temo -y eso vale sobre todo para el marxismo- que las resistencias jamás han cambiado el código, las reglas de la separación, la dominación mediante sistemas abstractos, la funcionalización, etc. Y los movimientos más libertarios, de deseo, etc. también han mantenido la lógica de las propiedades formales del código, sólo que a diferencia del marxismo -que analiza en el ámbito de los simulacros de 2º orden- adoptan la misma forma que adopta actualmente el código mismo (de ahí que en este blog, cosa que comparto, se haya dicho alguna vez que en verdad el siglo esté siendo tan sospechosamente deleuziano). 2) Completamente de acuerdo con Sampedro: la imprenta -y más atrás la escritura alfabético/fonética o las propiedades formales de la acuñación de moneda, ambos acontecimientos inseparables del surgimiento de la filosofía y el pensamiento científico, todos ellos aparecidos justamente en Grecia- han determinado nuestra concepción de "lo real" tanto como la práctica, la praxis. Pero si todas las críticas de lo social se han basado en esta última -crítica de los contenidos- tal vez sería necesaria también una crítica de las formas que encuadran dicha praxis. Es donde se mueven las ideas de JB. Y por eso también se centra en internet y las nuevas formas de normalización que impone, señalando las posibles trampas de sus pretendidos aspectos emancipadores. Insisto también en que las revoluciones pueden provocar cambios, pero no está nada claro que rompan el código de valor de cada época, sino que han permanecido dentro del mismo. Pueden cambiar los contenidos, pero no cambian las formas, la estructura del edificio. Deberíamos plantearnos más bien, digo yo, si es posible subvertir la lógica de ese "edificio-sistema" transformando la estructura de habitáculos, corredores y separaciones derribando, pongamos, algunos tabiques, destruyendo pasillos... Pero ¿eso sólo cambiaría la disposición interna y terminaríamos por levantar paredes en otro lado? Pero es que además resulta que ahora el mantenimiento y funcionamiento del edificio se rige por redes informacionales no centralizadas que transforman los procesos de todo tipo que en él se llevan a cabo mediante la "interactividad" con los diferentes espacios, elementos y personas que en él viven. Es decir, aunque tiremos abajo paredes -y terminemos por levantar otras, pero dejemos eso a un lado- el control del edificio se realiza de un modo que, por mucho que nos centremos en abolir las paredes, las separaciones físicas, todo ahora se controla de un modo que justamente puede actuar como si éstas no existieran. Así que tenemos un doble problema.

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    2. Si estableces una dualidad capitalismo vs marxismo correcto, pero supongo que te das cuenta que es una pirueta ficticia, un espejismo: las corrientes marxistas operan dentro del capitalismo, no hay otro sistema. Y el proceso de ruptura, si es que se da, necesariamente será desde dentro y en un proceso lento, como también el propio proceso del capitalismo ha sido lento. También ha dado muchas alegrías, por cierto. Foucault, en la entrevista que indico luego (siguiente comentario), habla de como operan estos cambios, aplicado al tema de la homosexualidad, que resumo a mi manera: una primera fase de "resistencia" (desde salir del armario a casarse-institucionalización) y una segunda fase de "proyecto" o "productiva" (cultura-codificación). Así lo entiendo yo. Desde luego que en este ejemplo concreto de la homosexualidad, si bien no derriba el edificio como dices tu, no se puede decir que sea una "revolución" menor. No se que opinará un homosexual.

      Sobre la cuestión de derribar el edificio, si te refieres al "edificio capitalista" será derribado tarde o temprano. Pero el capitalismo no deja de ser un sub-sistema, dentro de un universo ¿rizoma?. Lo que no sabemos es si se acaba el sufrimiento existencial aquí, me temo que no, que es condición intrínseca al hombre-conciencia, por su condición de alteridad respecto a la naturaleza y a si mismo (muerte), entonces, máquina deseante-productiva-creativa sin límites. Cuando seamos por completo liberados, entonces querremos ser animales de nuevo (p. ej. tu "habla plena"). Entonces, el "pienso luego existo" podríamos cambiarlo por "tengo conciencia, luego estaré jodido siempre", o también "tengo conciencia, me muero, luego quiero ser un niño ingenuo siempre y con madre".

      Para observer, cito su pregunta ¡¿a qué demonios siguen los acontecimientos??. Si consideramos un campo de fuerzas (una estructura a flexión) la cosa parece clara (equilibrio, entropía). Si no establecemos una coacción una estructura isostática se convierte en mecanismo. El caso es que, como al parecer nada vale para el relativismo, ¿cómo podemos escoger o tomar partido por fuerzas de acción o reacción?. En todo caso, queda la posibilidad de un proceso errático, prueba y error, que haga posible la individuación (como bien definías en alguno de tus post, creo recordar). Lo cierto es que comparando un diagrama burbujista, con otro de la producción del petróleo y otro de la desaparición de lo renos en Isla de St. Matthew. incluso con el diagrama-tensión deformación del acero, todos son sospechosamente parecidos. Gracias. H





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    3. Y por supuesto, hay "trampas" en internet (fuerzas productoras "negativas", coacciones), como también "trampolines" (acciones productoras creativas "positivas") de las que emergerán nuevos equilibrios. Solo hay que ver la emergencia de ciertas corrientes "situacionistas" que propicia este universo de blogs y redes sociales.

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    4. Y muy chulo el nuevo diseño del blog.

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    5. Respecto al ejemplo del marxismo, está claro que opera dentro del capitalismo. Y es lo que hay que intentar ver en el resto de modelos de resistencia, sobre todo los que siguen manejando los paradigmas productivos, creativos, rizomáticos, liberadores, etc. No estoy seguro de que cuestionen tanto al sistema como que formen parte de él o incluso sean su paradigma actual (aunque suene a aberración). Convengo contigo en que la reivindicación homosexual no es un tema menor respecto a los colectivos afectados en concreto, pero en última instancia puede decirse lo mismo de estos movimientos que del proletario de antaño o el feminismo; su reivindicación o bien juega ya dentro de las condiciones del sistema o es integrada de una forma u otra dentro del mismo una vez han ocupado su lugar en él. En última instancia me temo que la cosa va muy mucho en relación con la problemática del hombre-conciencia a la que muy bien te refieres, estoy muy de acuerdo contigo (pero que pensemos que ello como un destino inevitable de la "condición humana" es tal vez un efecto del sistema y su código de separación que funda la existencia de una conciencia versus un mundo exterior, al igual que la insatisfacción perenne es efecto del movimiento incesante del que el sistema depende en tanto que basado en la acumulación de producción y creatividad infinitas). Saludos!!

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    6. Me gusta el planteamiento existencial al que estáis llegando porque al final, el horizonte de la muerte es la clave.
      Sólo hay que pensar en el tema del urbanismo, para entender el problema desde otra perspectiva. Imaginad por un momento que "cae" finalmente ese etéreo "sistema capitalista",o incluso que alcanzamos una utopía de trabajo nulo en el que el ser humano pueda disponer libremente de su tiempo par hacer lo que le viniese en gana. ¿¿¿Qué creéis que haría la gente, a qué dedicaríamos nuestro tiempo??? Eso aplicado a la ciudad es un asunto muy comprometedor: ¿qué queremos hacer en una ciudad, qué hacer con el tiempo? Esas megalópolis de 6 millones de personas apelotonadas están costreñida a un acceso a la realidad que, probablemente, el sistema que da un mejor respuesta es el cpitalismo: ofrece a la tiempo algo que hacer, inventa un sistema de placeres, propicia una cierta estabilidad... El capitalismo mantiene a la gente "ocupada", entretenida, fantaseando con sus secretitos íntimos y con los placeres que le ofrece el mercado...
      IMHO el capitalismo es consecuencia del nihilismo, la lógica del existencialismo: mejor llenar el tiempo con ALGO (lo que sea) que me mantenga ocupado, que no una utopía que me obligue a decidir cómo llenar mi tiempo, porque no sabría qué hacer si pudiese disponer de él a mi antojo.

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  7. Es como en la cuestión política, como si siempre hubiésemos estado jodidos en estos inútiles "estados nación" (al menos parcialmente inútiles).

    Cito a Foucault, en Sexo, poder y la política de la identidad: "Desde el siglo XIX, las grandes instituciones políticas y los grandes partidos políticos han confiscado el proceso de creación política, se han ido apropiando del proceso político; quiero decir con ello que han tratado de dar a la creación política la forma de un programa político que lo que busca es apoderarse, apropiarse del poder. Pienso que hay que preservar lo que se ha producido en los años sesenta y a principios de los setenta. Una de las cosas que hay que preservar, según mi parecer, es la existencia, por fuera de los grandes partidos políticos, por fuera del programa normal u ordinario, de una cierta forma de innovación política, de creación política y de experimentación política. Es un hecho que la vida cotidiana de las personas ha cambiado entre comienzos de los años sesenta y ahora, y mi propia vida es un testimonio de ello ciertamente. Este cambio, evidentemente, no lo debemos a los partidos políticos, sino a numerosos movimientos. Esos movimientos sociales han transformado efectivamente nuestras vidas, nuestra mentalidad y nuestras actitudes, así como las actitudes y la mentalidad de otras personas –personas que no pertenecían a esos movimientos. Y esto es algo muy importante y muy positivo. Lo repito, no son las trasnochadas organizaciones políticas de tradicionales y normales las que han permitido este examen y dado pie a esta revisión".

    Si entendemos a Foucault como una crítica a la "concentración del poder", la irrupción de Internet y redes sociales desde luego es un potenciador bestial para su "disolución" y una revolución en lo institucional (porque, quizá no nos demos cuenta, pero incluso este "blog" viene siendo una "institución" foucaultianamente hablando).

    Un placer.

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    1. Las trampas de Foucault cada vez me resultan más claras, su perspectiva organiza los agentes con importantes trampas del lenguaje que terminan por minar su metodología. En tu cita, por ejemplo,organiza el papel de las instituciones como exterioridad al campo social (algo así como un parásito, o un vampiro) con una actitud paranoica. ¿Por qué asume que las instituciones han "secuestrado" la potencia política del individuo, y no que esas instituciones son la consecuencia de la acción política de ese mismo individuo? Algo en su modelo no tiene pies ni cabeza, habla de una especie de "secuestro" en el que el cautivo y el vigilante son en el fondo el mismo agente: por tanto no es tal secuestro, sino más bien un encierro voluntario. Su pánico a las instituciones me parece muy infantil y el fracaso tremedundo de las revolucioncitas rizomáticas me parece muy ilustrativo al respecto.

      Hablo como homosexual, aunque evidentemente un homosexual muy excéntrico que nunca ha militado en ningún colectivo (los colectivos minoritarios son tremendamente uniformizadores, los gays se parecen mucho entre sí porque la pertenencia consciente a "el clan" se combra importantes diezmos simbólicos).Es un tem muy complejo, y por ejemplo lo de salir del armario daría para infinitas disquisiciones. Hay muchísima gente en el armario que estámuy feliz allí, por incomprensible que parezca, o al menos tan feliz como cualquier otra persona con su universo fantasmático secreto y personal (que todo el mundo tiene). La normalización de la homosexualidad y su aceptación social siguen una lógica bastante más profunda que la de la reivindicaciones de los militantes. La aparción de militancia gay en un campo social es "causa" de muchos fenómenos, pero a su vez "consecuencia" de muchos otros. ¿Acaso creéis que no hay colectivos invisibles de afectividad gay en Afganistán, la Extremadura profunda o el Surinam? Bueno esto es asunto para otro post...

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    2. Totalmente de acuerdo con la idea de que no salir del armario puede ser liberador. Esto pasa en todos los ámbitos. Muchos hemos sentido eso de ser "raro" (por ejemplo, en el colegio, en la familia, en la ETSAC) y lo llevamos oculto, primero por las hostias y segundo porque a veces es lo que te permite operar (desdoblamiento del yo). Véase Tiquun, con la ocultación y la activación del goce del cuerpo ante la comisión de un delito, por ejemplo. La doble vida del amante o del homosexual. Esa actitud normal de ruptura, juvenil si quieres, que enfrenta a uno con lo establecido-institucional. Casi una cuestión natural perceptiva-creativa. No es "mala" per se la institucíón establecida, Foucault no nos dice eso, pero el deseo (productivo-creativo), y más en la juventud, te situa en esta contradicción.

      Yo, desde luego, defiendo ese desdoblamiento y no creo que debamos institucionalizar todo (soy cuarentón y apenas he salido del armario). El punto clave, creo yo, es que si esa condición particular (ser raro, ser homosexual, ser poeta, ser atmosférico) te sitúa en desigualdad con los demás, punto primero, y, al cabo, porvoca que te paleen o te ejecuten, punto segundo. Ante estos extremos surge la necesidad de la institución, digamos, una codificación. es decir, cuando en un "estado cultural" dado, esa condición se considera impureza, no se admite, se persigue, lo único que cabe una represión, que genera, al fin, fuerzas reactivas emancipadoras-insuticionalizadoras. Gracias por contestar.

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  8. IMHO el concepto de "sistema" es una abstracción de la que nos servimos para situarnos en una posición de cierta exterioridad respecto a la generalidad, y así tranquilizar nuestras conciencias al creernos que somos menos "gente" neutra que la gente neutra: paradójicamente, todos hablamos de ese "sistema" casi en tercera persona, cuando en realidad nosotros somos su sustancia. De igual manera que el color rojo existe porque hay fresas que lo encarnan, que lo realizan, el "sistema" existe únicamente a través de su encarnación en nosotros. Al habernos inventado el concepto de "sistema", este automáticamente empieza a existir, pues su naturaleza es ideal. Es una palabra performativa, como "prometer": en cuanto la pronuncias, se realiza.

    Respecto al rizoma, estoy con Badiou en que en realidad Deleuze es un monista completo, lo de la "Multiplicidad" no es más que cambiar la designación de algo que, en el fondo, sigue siendo único.imho el monismo de Deleuze queda al descubierto en su concepto de "consistencia", que siempre pienso en revisar y luego no encuentro el momento. Creo que la consistencia deleuziana es tan problemática como el simulacro de JB. Yo sigo preguntándome quién es la mano negra del bipoder, pues la repetición no es un agente. No sé si los nihilistas creen que la realidad sucede sin necesidad de actores ontológicos, que todos somos efectos sin causas, en cualquier caso me parece una idea muy pobretona que sigue manteniendo la pregunta en el aire: ¿¿¿a qué demonios siguen los acontecimientos??? Pero en fin, esto son divagaciones que no vienen a cuento. Los constructivismos, por ejemplo Foucault, tan fuertemente modulados sobre la noción de Soberanía, al final pierden operatividad porque no encuentran una lógica del poder: exibir su complejidad no sirve para nada, es una complicación innecesaria. Para mí los que atan todos los cabos son los teólogos, sé que es una payasada decir algo así pero un concepto como la "respectividad" de Zubiri es tremendo, muy solvente, me parece más maduro que las mil conspiraciones materialistas.

    Estoy estudiando a Richir por recomendación de un anónimo del blog y una de sus tesis más bonitas es la recuperación del "genio maligno" de Descartes, casi siempre ignorado en filosofía... realmente creo que las teorías del biopoder, los simulacros, la máquina estatal y demás no tienen sentido sin un "genio maligno" que promueva y organice ordenadamente los procesos que describen. Estos filósofos al haber convertido al "sujeto" en un espejismo incapaz y estéril, han dejado a la historia desbridada, aparentemente sin riendas que la contenga pero, secretamente, guiada por designios misteriosos que convergen fatalmente en la realidad de las cosas.

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    1. "Estos filósofos al haber convertido al "sujeto" en un espejismo incapaz y estéril, han dejado a la historia desbridada, aparentemente sin riendas que la contenga pero, secretamente, guiada por designios misteriosos que convergen fatalmente en la realidad de las cosas".

      ... esta frase bien pudiera "aparecer" en uno de los libros de JB. ¿No te estarás volviendo Baudrillaridiano? XXD

      Por otro lado estaría "encantadísimo" de investigar un poco más ese asunto diferencial entre la historia y el destino. Sobre todo después de leer las "precisas" aclaraciones que IMHO hace Alberto V. Pero como reconozco que soy una persona, a veces demasiado obsesiva -y ahora le "ha tocado" a JB-, pues no sé si es dar demasiado "la brasa" con el asunto :-)

      Si a ti te parece que JB sigue teniendo "juego", yo encantado de seguir dando la brasa... y me pongo a ello con un próximo post.

      De modo que... "crítico incorporal", manifiéstate!

      (bonito slogan para una revolución, o para una nueva religión, no sé :-)


      PD: Sobre si JB se sitúa en una posición de exterioridad respecto del sistema, decirle a "Anónimo" que según dice el mismo JB, él está dentro del sistema pero justo antes de salir de él, es decir en un punto paroxístico.

      ... interesante lo de Foucault; y estoy muy de acuerdo en eso que dices de la "irrupción de internet".

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  9. Por lo visto quieren hacer de Lugo un paraiso festivalero (Viveiro): acuden tus queridos Slayer, aunque quizás lo de ser indie y enfundarse en zamarras de Slayer y Motorhead está algo demodé:

    http://www.resurrection-fest.com/bandas

    V

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    1. slayer siguen vivos??? cómo son los jevis, no se cortan la cabellera hasta la tumba!!!! hay un documental culísimo sobre el heavy, "Metal a headbangers journey", y se explica muy bien que los que militan en esa tribu son super fieles a sus ideas y fetiches, casi todos los grupos siguen tocando ya sexagenarios, y en la coru se ven por la calle especímenes simpatiquísimos que siguen conservando las greñas pese a estar ya medio calvos (en plan Santiago Segura)... el jevi nunca muere cagoendiosssss!!!!!

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    2. Brueeerrrppp!!!

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      Ha quedado muy bien el blog a lo gaceta...

      V

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    3. gazzetta dello sport, el marca italiano. qué pena no vivir más cerca pa ver los partidos de champions juntos, este año las semis están tremendas no veas las ganas que tengo de que empiecen los partidazos barça-bayern, una final españa vs. catalonia estaría genial!!!! y de infarto...

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