lunes, 4 de marzo de 2013

bipolares #1: Ortega & Gasset

Disquisición esquizoide y bipolar sobre España
con la excusa del podcast de
Christian Wünsch para Pole records
Ortega: España es una patria imposible, sin solución. Las vergüenzas y desvergüenzas que tan penosamente afloran a rebufo de la Crisis son consecuentes con nuestra excepcionalidad histórica (eufemismo de “atraso cultural”) y estamos demostrando por enésima vez que merecemos todas las leyendas negras y guerracivilismos que nos hacen ser lo que somos: un pueblo cuyos hábitos nacionales más idiosincráticos son la corrupción, el cohecho, la maledicencia, la envidia, la vagancia y la soberbia. ¡Qué tontos hemos sido en nuestra participación de “la globalización”! Pensábamos antes de ayer que éramos el alumno aventajado de los casinos financieros internacionales, y ahora caemos en la cuenta de que ni en Frankfurt ni en Bruselas se atan a los perros con longanizas: hemos participado de una bacanal de crédito en cuya abultada factura no habíamos reparado, y habrán de pagarla (como siempre en este país de canallas y rentistas) los mismos a los que se ha estafado. No hay remedio posible, nuestro único horizonte es el abismo, no hay enmienda posible para las yagas de nuestra identidad nacional.



Gasset: Se equivoca usted en su análisis de los hechos. Lo que ha sucedido a nuestra economía dista mucho de ser una coyuntura meramente nacional, la etiología de la crisis no tiene nada que ver con el folklore político-social del que habla, pues lo sucedido no es más que un síntoma local del descomunal hundimiento global del mercado de bonos y dinero fiat, del que estamos siendo víctimas especialmente expuestas a causa únicamente de nuestra carencia de una política monetaria propia: por más que la doxa liberal se esfuerce en desacreditar nuestro estado, no es ese el quiz de la questión. La crisis afecta al capitalismo a su conjunto, no nos fustiguemos innecesariamente culpando a un arcano gen ibérico que no existe, pues nuestra errata ha sido en todo caso haber sido demasiado tolerantes con las prácticas económicas usureras que muy perversamente nos endosaron los anglosajones y protestantes. Somos tan trabajadores, eficaces y sensatos como nuestros rubicundos convecinos transpirenaicos.

Ortega: Según su razonamiento, ¿por qué no nos adaptamos entonces a un modelo económico similar al alemán o el británico, basados en la flexibilidad, la productividad y la innovación? Tenemos el índice de paro más alto de los países desarrollados y subdesarrollados, nuestras empresas no se adaptan al nuevo contexto macro y nos resistimos obstinadamente a la inevitable devaluación interna, imprescindible para propiciar un futuro de prosperidad. Seguimos siendo un país de lacayos y señoritos, una ciudadanía pasiva, ensimismada e incapaz de dar pasos en la dirección de salida de este penoso atolladero. Siguen gobernando los mismos ineptos de siempre, mientras las masas languidecen aletargadas en su duermevela de fútbol y telebasura. No culpemos a Angela Merkel de la espantosa cultura del Nuevo Rico al volante del Cayenne que, durante la fiebre del ladrillo, travistió España en un país “puntero” que nunca fue más que epidérmicamente, mientras las estructuras profundas (instituciones, academia, ciudadanía) se mantenían enrocadas en sus rancios y apolillados contubernios familiaristas y clientelares. 

Gasset: ¿Insinúa acaso que los élficos vecinos del norte hacen gala de maneras más inteligentes o éticas? Si nuestra patria sobrevive a una recesión y un desempleo tan dramáticos es gracias a la tremenda generosidad y solidaridad de nuestro pueblo, donde todavía son fuertes instituciones como la familia y la vecindad: de no ser por la ayuda que nos prestamos unos a otros, esto no sería soportable, y se trata de formas de mutualidad de las que carecen los seres de luz anglo-teutones. Bruselas no es como usted supone la meca de la eficiencia ni la beneficencia: la burbuja inmobiliaria española ha sido un descarado engaño construido por la banca alemana para sanear sus catastróficas cuentas de los 90, tendiéndonos una trampa de liquidez que en nuestra ingenua candidez no supimos advertir. Si desastroso le parece a usted el abolengo de nuestros hábitos sociales más arraigados, más pavorosa me resulta a mi una Europa insolidaria y sumisa a los mercaderes, que discrimina a sus ciudadanos entre la bussiness class del norte, y el vagón de cola PIIGS para los sureños. Pero saldremos adelante, mediante la fuerza de la creatividad, alegría y formación de nuestro pueblo: a poco que haya usted salido al extranjero, se habrá percatado de que la desenvoltura y capacitación de nuestros jóvenes no tiene nada que envidiar a las de los seres de luz de cualquier nación solvente.

Ortega: No me venga con lo de “la generación mejor formada de la historia”, el meme lacrimógeno de los pazguatos con titulitis que presuponen que “el talento” se consigue a golpe de Master (es decir, de talonario). De nada sirve estar “bien formado” si ni siquiera somos capaces de sacarnos de encima a las garrapatas que tienen secuestrada nuestra sociedad y economía… Por otro lado, nuestra omni-debacle no es únicamente atribuible a la mezquindad y burricia de nuestras “masas”, sino más gravemente a la torpeza y mediocridad de las que deberían ser las vanguardias intelectuales. En nuestros libros suponíamos que la solución para España sería dejarse comandar por una minoría ilustrada de prohombres capacitados para lanzar nuestra cultura al futuro, pero eso es impensable por culpa de la increíble falta de talento de nuestros “modernos”. En España no hay modernos, y eso es letal para el desarrollo de cualquier sociedad, pues los snobs cumplen una tarea fundamental en la difusión de las innovaciones culturales, en la cadena de transmisión de conocimiento que va del Haute Couture al Outlet pasando por el Pret-a-portair: nuestra Alta Costura cultural es irrisoria. ¿Por qué cree usted que la cantidad de invenciones patentadas cada año en Alemania se mucho mayor que su equivalente en España? No se trata simplemente del monto de “Inversión en I+D” (otro meme de los que piensan que el ingenio es cuestión de papel moneda), sino de las dinámicas específicas de la sociedad misma: en Centroeuropa, los modernos lo son en toda la dimensión de esa palabra, y cumplen muy eficazmente su rol de producción y divulgación de lo nuevo. Es vergonzoso que en España se considere “moderno” a un diseñador gráfico que copia las modas de Londres y cuya idea de cultura consista en ir acudir al Primavera Sound… Es terrible. No es casual que Alemania sea tan fértil en invenciones: el país que fuera la cuna del expresionismo o la arquitectura moderna, ahora es la meca del techno. Y eso dice es sintomático de muchas cosas, especialmente sobre sus fabulosas élites ilustradas.


Gasset: En eso estoy de acuerdo: el problema de España es que carece de una modernidad verdadera, tanto en lo que respecta a la fosilizada cultura subvencionada (aberrante “cine español” y cochambres museísticas de todo pelaje) como en el tipo de productos que proliferan entre los gafapastas: es inaceptable que el enteradillo ibérico medio escuche tonterías como La Bien Querida o Los Punsetes y sólo vaya al cine al ver las últimas estupideces de moda en Cannes: en nuestro país, los blogs más supuestamente avanzados comentan perezosamente cualquier fruslería sin sustancia de Michael Haneke o Wong Kar Wai, mientras la vanguardia nórdica explora lenguajes radicalmente experimentales, nuevas formas de narración, figuras estéticas de riesgo y, en fin, hacen una labor verdaderamente de vanguardia en lo cultural y por ende en lo social.
Sin embargo, hay que hacer un apunte: en nuestro país hay grandísimos creadores, que sin embargo no alcanzan el status que mereciesen por culpa del ostracismo al que son condenados por los árbitros de la cultura. Es más: muchas de las invenciones alemanas son ideadas por investigadores extranjeros, que son atraídos por las facilidades económicas que les ofrece el tejido empresarial teutón. A España no le falta talento, en absoluto… el problema es que aquí se favorece la figura del “genio”, del iluminado insular un poco bohemio y un poco saturnino que brilla haciendo gala de una especie de Don natural, más que gracias a la ayuda de nadie.

Ortega: Eso que dice es cierto, pero en ocasiones alcanza tintes dramáticos. Solemos pensar que la diáspora de Picasso o Buñuel se debió únicamente a su oposición a la censura franquista, pero tal vez sus discursos eran demasiado potentes para España incluso en democracia. Desde hace un par de siglos, todo “genio” español se ve obligado a emigrar o conformarse con un papel muy discreto en el panorama institucional de la cultura ¿Cómo es posible que en este país alguien de la talla de Oscar Mulero sea considerado por todos poco más que un entertainer de drogadictos? Mientras músicos de menos talento como Marcel Dettman son capitalizados en Alemania como potentes locomotoras de su industria cultural y respetados por los moderadores del gusto, nuestros productores techno son considerados aquí poco menos que macarras catetos que ambientan los fiestorros de los canis más asilvestrados. Y un poco, así es: en este país, se invita por ejemplo a actuar a la gala de los Goya a bobadas como Marlango o Fangoria, mientras un Artista con mayúsculas como Christian Wünsch deban conformarse con actuar en cochambrosos discotecones poligoneros.

Gasset: ¡¡Qué grande Christian Wünsch!!! ¿Ha escuchado su último podcast para Pole? Mezclando únicamente discos del sello español, consigue una humilde y majestuosa sesión de techno canónico, absolutamente bailable y, sin embargo, plagada de detalles exquisitos. Música serial y circular, muy geométrica y de atmósferas sutiles, que aúnan tradición y modernidad con una solvencia inigualables.

Ortega: Pues no la he escuchado.

Gasset: Mire, mire, está aquí, dedíquele una escucha atenta:

Ortega: ¡Caray! Es maravillosa, para ser un producto 100% español no tiene absolutamente nada que envidiar a ninguna estrella foránea, está producida con un conocimiento de causa y sensibilidad irreprochables. Efectivamente, gran sesión y gran sello… pero precisamente este tipo de cosas es lo que me confirman que España no levantará cabeza: sólo en nuestro país música tan vibrante y futurista puede ser considerada afición de cuatro freaks. No hay remedio.

Gasset: Saldremos de esta, ya lo verá. Confiemos en nuestro talento. 

Ortega: ¡Alma de cántaro!

7 comentarios:

  1. Sólo un apunte :-)

    España está en una posición privilegiada ante la desintegración de todas las instituciones imperiales del capitalismo: el Estado, el parlamentarismo, el ejército, la curia, el matrimonio, el colegio, el hospital psiquiátrico (locos afuera) y la cárcel (todos adentro... a través de la vigilancia mutua y la interconexión en red permanente).

    Somos la segunda potencia mundial de turismo -después de USA-. Y nuestro folklorismo atraerá más aún a los humanos, cuando la especie se disuelva en una nostalgia perpetua de su antigua búsqueda de sentido -al estar antiguamente inscritos, desde nuestro nacimiento, con una determinada identidad ahora perdida, y sólo encontrada en la adscripción modal voluntaria, mediatizada y modulada por la industria cultural-.

    España puede ser perfectamente el parque temático mundial de la antigua especie humana. Su “reserva” -por decirlo de algún modo-. Todo un paraíso para los futuros robots, señor Ortega y Gasset. ¿O tal vez habría que decir para los actuales -los de siempre- robots humanos camuflados lingüística y eufemísticamente como “seres de luz”, promocionando así las bondades de la robotización, en esa bipolarización esquizoide -tan suya- sin resolver?


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  2. Vaya, que al final hay acuerdo entre estos dos señores. En una ocasión conocí un alemán haciendo techno y no me extraña que vengan a España a escuchar la macarena. Lo has clavado post 2.

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  3. Un apunte: Christian reside en España desde hace mucho pero nació en Mónaco.
    Ya te pillé la entrada, acuérdate, el viernes 22 y sábado 23 de este mes, con alojamiento tb el domingo o hasta cuando te salga del cazzo para curar la resaca. Te llamaré para quedar.
    Bicos.

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    1. genial!!! el concierto es lo de menos, el caso es darse un garbeo. Sabía que Wüncsch es de Monaco, pero es de adopción tan españolazo como los sobres de Bárcenas. Le tengo muchísimo cariño no sólo por su trabajo, sino por las entrevistas en las que habla siempre en un tono muy sentimental sobre el techno, se ve que a él le afecta tanto emocionalmente como a mí. Es muy riquiño y pinchando lo rompe, me encanta su concepción de las sesiones, muy planas y sin subidones. Nos vemos!!!

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  4. No he leído nada más pretencioso y sin sustancia en mi vida...

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    1. gracias por animarse a comentar!!! tomo nota y espero sus sustanciosas recetas -observer

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    2. ...y por cierto: entonces no ha leído mucho de este blog, porque hay piezas bastante más pretenciosas y sin sustancia!!! -observer

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