jueves, 12 de julio de 2012

Structural Functions of Harmony.



Radio RdF ep6 - Stanislav Tolkachev

Uno de los vicios más enervantes de las grandes estrellonas del techno es la separación (en planteamiento, medios y fines) entre las piezas “para la pista” (más funcionales y efectivas, más clásicas en la medida en que cumplen la expectativa de un oyente conocedor de los códigos) y aquellas otras pensadas “para ser escuchadas en casa”, mucho más ambiciosas y con pompa de Gran Arte, como queriendo legitimar ante oídos con pedigree unas discografías poco respetadas por su condición de “música zapatilla”. Jeff Mills siempre ha sido muy hortero en este punto, y en paralelo a los tremendos maxis de 4x4 felino editados sin grandes ambiciones, ha querido dar a su trabajo puntuales signos de distinción mediante operetas cósmicas que honestamente, en muchos casos se quedan en un vulgarísimo pastiche new age: decididamente, cuando Mills pretende ser reconocido como un sosias silíceo de Miles Davis, aburre a las piedras. Incluso alguien de la categoría de Surgeon, que es algo así como la encarnación de la integridad techno, parece tener claro que sus monumentales calambrazos para el club palidecen frente a la seriedad que quiere atribuirse con esas otras producciones kosmische que, esta vez sí, suelen ser piezas de categoría, pero en absoluto menores respecto a sus inigualables hallazgos en el estricto 4x4.


Se trata de una tradición muy frustrante: de ella se induce cierta vergüenza cultural entre los maestros de un estilo (el techno estricto) de insuficiente prestigio, cuyos esfuerzos por construirse una discografía seria en paralelo terminan en momentos grotesque. Por ese motivo recibimos como agua de Mayo el trabajo de creadores trasversales a esta dicotomía, capaces de producir piezas de riesgo en completa fidelidad a los mandatos de la pista. Cada vez menos abundantes, este tipo de trabajos simultáneamente satisfactorios en el contexto de una fiestaca furibunda y el de una exhibition de arte y ensayo, suponen  el vivero imprescindible para que el techno sobreviva siendo lo que siempre ha sido Uno de los más apreciables practicantes que tenemos hoy en día de esta “tercera vía” es el ucraniano StanislavTolkachev aka Electrabel, la última gema de la fértil y contundente cantera del nordeste europeo. Un chico que pese a llevar ya sus buenos años trabajando todavía no ha alcanzado el respeto y reconocimiento que merece, pues como digo es capaz de producir auténticas joyas experimentales que, por encima de todo, se pueden bailar.


La sesión que adjuntamos brilla como posible línea de fuga para estimular el techno del mañana, en virtud a una idea genial y desarrollada a las mil maravillas: el recurso de arpegios y armónicos inspirados en el Dodecafonismo, trenzando loops paralelos de diferentes duraciones que  reavivan aquel viejo sentido de la belleza desconcertante que tan grande hizo al género en cuestión. Surgeon y Schönberg van de la mano en esta imposible y exquisita concatenación de riffs disonantes, atonales y de compás turbio, que suena extrañamente clásico (la reminiscencia dodecafónica, como de banda sonora arty, es instantánea) y con ese extraño primitivismo de la vanguardia en crudo. Hilvanando fundamentalmente composiciones propias y sometiéndolas a todo un arsenal de filtros y ecos, el resultado es una de las sesiones más memorables e importantes que hayamos escuchado en mucho tiempo, de sobresaliente importancia por la potencial nueva línea de trabajo que propone para un estilo que en ocasiones tiende a aburguesarse siguiendo acríticamente las tendencias que marcan en Alemania. Un trabajo memorable por parte de un productor al que conviene seguir la pista, un necesario guardián de las esencias del espíritu old school que, en cuanto tal, insiste con militancia en salir a la búsqueda del futuro.



3 comentarios:

  1. De vuelta por estos lares, bienvuelto observer.

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  2. Ok, muy bonito, aunque me gustaría añadir alguna cosilla:

    1.- Dicen que el placer es el instrumento que utiliza nuestra biología para mantenernos vivos y reproducirnos -genética o meméticamente, que viene a ser lo mismo, supongo-. Un engaño, un cebo, una treta que nos guía para sobrevivir o reproducirnos. Pura seducción que diría no sé quién.

    2.- Hay muchas variables implicadas en la forma en que experimentamos una vivencia placentera. Esa experimentación está influida por el aprendizaje, por cómo se ha modelado nuestro cerebro en experiencias previas.

    3.- Y también dicen que el humano descubrió el queso porque estaba aburrido de beber leche, claro.

    Conclusión 1: no sólo de hight techno vive el posthumano... ¿o algún positivista cree que sí?.. aunque por otro lado ¿puede un posthumano ser positivista... o tendrá otro tipo de dilemas y placeres más allá de la regresión y de la transgresión?

    Conclusión 2: la transgresión queda reducida a regresión cuando es transgredida... aunque por otro lado ¿puede ser considerada la regresión como una transgresión cuando todo es considerado como transgresión?

    Conclusión 3: como vivimos en una indeterminación quasi quántica, a partir de ahora se formarán determinaciones de proporciones có(s)micas, supongo :-)

    http://www.youtube.com/watch?v=bi18eCuNeE8


    PD: Hola, leeré con detenimiento tu “divina comedia” y a ver si me inspira -o aspira- para enviarte un post. Gracias por arrancar un nuevo proyecto... y no te sientas “coaccionado”... somos los que estamos y te “comprendemos”, aunque seguro que no estamos todos los que somos y ¡qué se le va a hacer!.. ya estarán cuando tengan que estar o no.

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  3. ains tengo que escribirte, pero al no tener interné en casa ando contrareloj total... hablamos, ya responderé con detenimiento

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